Nostalgia en navidad
Los villancicos y los adornos navideños cubrian todo el centro comercial de Nerima. Un hombre de ropaje chino caminaba por aquel lugar sin muchos animos.
Repentinamente se detuvo en una tienda que le trajo varios recuerdos de veinte navidades pasadas, se quedo mirando atentamente cada rincón de aquella antigua vitrina y logro divisar algunos objetos que le estrujaron el corazón inevitablemente. Se acerco un poco mas y vio una caja musical, pañuelos,un oso de felpa, tarjetas entre otras cosas que le entregaron sensaciones vigorosas en su estomago, como mágicas mariposas que rondaban ahí hace muchísimo tiempo.
Esbozo una pequeña sonrisa, realmente creía que era un bobo y poco masculino por tales deliciosas sensaciones ya siendo un hombre adulto, esa mujer siempre lo hizo sentir diferente, y lo seguía haciendo cada vez que le sonreía, golpeaba o haciéndola suya por las noches.
-Que rayos me pasa... parezco un adolescente...- se reprocho así mismo mientras sus mejillas ardían.
-Aveces te comportas de esa forma oyaji....- comento un muchacho de aproximadamente unos 16 años, tes blanca, ojos azules tan bellos como la profundidad del mar, ropaje chino igual que su padre y una coleta azabache que lo hacia lucir extremadamente varonil, ademas de lo guapo y fuerte que era.
-Veo que estas aprendiendo Ranma... ni siquiera sentí tu presencia al acercarte. Pronto seras igual de bueno que yo...- pronuncio el hombre con su típica pose de arrogancia.-je... si lo logras claro...-
-Je... deberías darte cuenta que ya soy mejor que tú, papá- aclaro el joven mirando retadora mente a su progenitor. -bueno ahora dime... ¿porque demonios estabas tan rojo mirando esta estúpida vitrina? ¿que tiene de interesante? Mmm ¡ya se! ¿Estabas pensando en mamá ,no? -
La impertinencia de su hijo lo coloco absolutamente avergonzado y rápidamente le mando un leve puñetazo en el rostro –¡no digas boberias chiquillo entrometido!-
-¡Itte! ¡que te pasa! ¡Solo preguntaba!-se quejo el muchacho artista marcial- pero hay algo que no entiendo... mi madre es bellísima ¿porque en su juventud, le decías marimacho? Tía Nabiki me lo dijo a cambio de cinco mil yens.-
-Yo... bueno... esto...- balbuceo el ex artista marcial rasgando con uno de sus dedos la mejilla derecha -¡deja de preguntar estupideces! Mejor vayámonos a casa... tu madre debe estar preocupada... ya sabes como es...- aseguro a su heredero de categoría libre de modo que este olvidase el tema.
-Iie... primero vamos a comprar el regalo para mi madre, siento curiosidad por saber que obsequio le vas a dar...-
Ranma padre se cruzo de brazos y desvió la mirada con indiferencia -¿en serio...? pues vas a quedarte con las ganas...-
-¡Deja de ser testarudo oyaji! ¡entremos aquí!- el muchacho jalo de la trenza a su padre y ambos se adentraron a una tienda.
Los dos Saotomes se quedaron paralizados al ver como todas las mujeres y las jóvenes posaban sus miradas sobre ellos ; claro que el hijo y el padre se sonrojaron al mismo tiempo de leer un cartel que colgaba en unas de las paredes del costado -lencería femenina en oferta-
Ambos tragaron duro al notar como un grupo de féminas se acercaban lentamente de forma seductora. Una de ellas acorralo al padre y otra al chico.
-Que tal guapo... ¿como te llamas? ¿vives por los alrededores?-la insinuante mujer de unos veinte años puso sus manos en torso de aquel hombre fuerte y atractivo. Ranma se mantenía muy a sus treinta y ocho años, seguía igual de apuesto y no se le notaba para nada su edad.
-Esto...¿no podrías alejarte de mi? So...soy ca... casado y... res... respeto a mi... mi esposa...- balbuceo el hombre de ojos azulinos haciendo todos los esfuerzos por salir de allí – nee podrías dejar en paz a mi hijo...-
-¿Su hijo?- dijeron en unisono todas las mujeres.
-¡Hai!¡es mi padre mujeres cuchicheras!-exclamo el chico Saotome.
Aprovechando la la distracción y que todas se reunieron a murmurar entre si, escaparon con gran agilidad y bastante rapidez .
-Mujeres... odio a las chicas, son tan problemáticas...-bufo Ranma hijo poniendo las mismas expresiones de juventud que solía poner su padre, mientras saltaba con el sobre los tejados rumbo al dojo Saotome-Tendo.
-Je... yo pase por casi lo mismo que tu cuando tenia tu edad, así que no me sorprende en lo absoluto, no por nada eres mi hijo... mi autentica replica mocoso- espeto con orgullo su padre apresurando cada vez mas el paso.
El chico frunció el ceño ante lo ultimo dicho por su progenitor y cambio su postura a una de pleno egocentrismo -oyaji... yo soy mucho mas atractivo y varonil que tú... ¡y no soy un mocoso!- gruño.
Ranma padre, soltó un suspiro de resignación, ese chiquillo era tan parecido a el que solo verlo saltar los tejados de aquella manera se le venían miles de recuerdos a su mente, sus combates, las que se hacían llamar sus prometidas, los vuelos que le mandaba como regalo extra Akane por el cielo y entre otras cosas mas. - esta bien... te concedo la razón, ya que hoy no ando con ánimos de pelear...-
– je... que sensible andas oyaji... pareces una nena, hoy has estado muy nostálgico por lo que me he dado cuenta... ¿ocurrió algo con mamá?-
-``Si supieras lo que siente mi corazón, de seguro te burlarías hijo... eres muy joven para entender´´-pensó – Iie... nada importante, no paso nada, es solo que... aveces pienso mas de la cuenta-
-Etto... si tu lo dices. ¡Ya llegamos!¡el que entra primero se come cinco tazones de arroz! ¡y justo que llegamos a la hora del almuerzo!- exclamo sonriente el muchacho.
El hombre Saotome se adelanto y le tiro una patada a su muchacho que este esquivo con rapidez; su padre era su ídolo aunque no se lo demostrara nunca, siempre mantenía esas palabras que desde pequeño le impuso con mucho entusiasmo ``Un artista marcial debe estar preparado a todo momento. Esa es la base fundamental en los guerreros de la dinastía Saotome ´´.
Soun y Genma observaban con orgullo a su nieto, el estaba mejorando cada día mas y todo gracias al apoyo y enseñanzas de su joven padre.
Aun no podían creer que su pacto de honor en juntar las escuelas de categoría libre se había cumplido -Saotome-kun ¿que le parece si después del almuerzo jugamos un partido de shogi?-propuso relajadamente Soun.
-Por supuesto Tendo-kun pero si pierde va a tener que darme su postre- afirmo el hombre del turbante.
-¿Como que mi postre? No sea abusivo Saotome-kun, ¡ayer se comió mi sopa de pollo y verduras!- encaro el hombre de cabellos largos mirando fijamente a su eterno amigo.
Ambos se quedaron mirando por unos minutos...-¡pestañeo primero! ¡ja,ja,ja!-
-No creen que ya están bastante viejos para ese tipo de juegos...- comento Akane mientras salia al jardín.
Ranma paro en seco al escuchar la voz de su esposa, y no percibió la fuerte patada que le propino su hijo, mandándolo directamente al estanque.
-¡Shimatta!- bufo saliendo empapado del estanque y para su desgracia convertido en chica.
-Oyaji...¿como puedes distraerte tan fácilmente con la presencia de mamá?- pregunto su hijo de forma sugerente provocando que sus mejillas tomaran un fuerte color carmesí al subir la mirada encontrándose con los castaños ojos de su mujer.
Akane fue rápidamente a buscar una toalla y camino sin prisa donde su marido -anata... ¿que diablos te ocurre hoy?- pregunto mientras secaba delicadamente el rostro de este.
El no contesto, solo se dedico a observar lo hermosa que mantenía su esposa y pensaba en lo muy afortunado que era al tenerla de esposa, amiga y amante. La suerte que tenia al poder acariciar su piel desnuda por las noches, poder oler su cabello azulado que había crecido bastante durante los años y lo muy feliz que era a su lado; la amaba con toda su alma, era su vida, disfrutaba al máximo esas atenciones por parte de ella y también noto como esa piel delicada del rostro de ella cambiaba de color por la penetrante mirada que le estaba dedicando.
-Vaya... hace viente años que están casados y siguen sonrojándose de ese modo tan juvenil ja... así como cuando eran adolescentes, supongo que por las noches son unos expertos ¿ne?- la voz burlona de Nabiki hizo que el entecejo de Ranma se frunciera levemente.
-¡Pues mejor y ni te lo imagines!- exclamo un avergonzado hombre de la trenza convertido en la peliroja.
-¡Nabiki ya no bromees con ese tipo de cosas!- regaño la mujer de cabello azulado a su avara hermana. -Ranma... vamos, voy a prepararte un baño y tú muchachito despues que salga tu padre vas por uno igual...- afirmo sonriente.
-Hai...- fue lo único que articulo el chico sin muchos ánimos de terminar el encuentro con su padre.
-Ranma ¿que pasa contigo?- usando un dulce tono de voz la mujer acariciaba las mejillas de su esposo.
-Nada... ¿que? ¿estas preocupada por mi?- (crash mazo de Akane)
-Que terca eres onna, mejor disfruta conmigo el baño de agua caliente-. Akane se sintió bastante acalorada por la insinuante propuesta de su esposa pero que gustosa acepto. El fuego en el cuerpo del hombre comenzó a emerger ya estando en su forma original, atrapo los labios d ella y la beso con adoración, lamió y mordisqueo su boca. De forma seductora la jalo hasta la tina y supo que antes de almorzar comería su postre navideño.
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Las estrellas cubrieron el manto negro de la noche, destellando de manera romántica junto a la luna iluminando cada rincón. Era una noche de amor y paz, y los invitados estaban en el dojo esperando con ansias la llegada de Navidad, Shampo y Mousse tenían su hija len-shie de quince años, Ryoga y Ukyo tenían a su hija Akami de 16, pero esta chica no estaba con sus padres, si no discutiendo como de costumbre con el heredero de la dinastía Saotome.
-¡Y te dije que se pelear muy bien sola baka!- grito una enfadada Akami a su compañero de clase y amigo.
-Je... jamas superaras la fuerza de un Saotome niña torpe...-
Era claro, todos pensaban que ahí surgiría una pareja de prometidos igual que que años atrás.
Ranma había salido a caminar hace un par de horas por lo que Akane estaba bastante preocupada. Miraba a cada momento la hora y no aparecía su esposo, decidida pidió permiso y se levanto, la hora de navidad se estaba acercando y no entendía el porque su corazón latía alocadamente.
Fue a su habitación matrimonial, se miro al espejo y pudo darse cuenta el porque Ranma había estado comportándose con torpeza en el día.
Ranma caminaba con un paquete a ultima hora, el regalo para su mujer. Su paso era lento, como si temiera caer mientras los recuerdos volvían, desvió su mira a un costado y soltó un suspiro. Frente a el estaba aquel parque en donde habían estado el y su esposa en la adolescencia... en la misma fecha y se sentía nervioso.
Una silueta lograba divisarse poco a poco, sus ojos se abrieron como platos, esa silueta llego a su lado y se miraron a los ojos tímidamente.
-A... Akane... tu... ¿que paso con tu cabello?- pregunto un sonrojado hombre de la trenza.
-Es tu regalo anata... se que deseabas verme con el cabello corto ¿ne?- la pircara sonrisa de su esposa lo embobo por completo, siempre amo y amara su bella sonrisa.
Las campanas anunciaban media noche, los fuegos artificiales iluminaban de colores el cielo, Ranma abrazo a su esposa y le susurro al oído : siempre me volvías loco con el cabello corto kawaikunee... y no niego que con el cabello largo te veías preciosa, que bueno que eres mía.
La mujer se sonrojo inevitablemente- A... Arigato baka...-
-Ai shiteru Akane...- susurro mientras besaba la comisura de sus labios.
-Ai shiteru mo Ranma- un tierno beso sello aquella anoche de festividad de paz y amor.
FIN